Te acompaño en una práctica precisa, progresiva y comprometida con la observación.
Aquí el yoga no se impone, se investiga. Cada día, desde donde estás.
Profesora de Yoga Iyengar certificada – Nivel II
Comencé a practicar yoga a los 17 años, movida por la curiosidad y la búsqueda.
Tras años dedicándome al guión y la edición en televisión, regresé al método Iyengar no por inspiración, sino por necesidad. Buscaba una vía terapéutica y una salida al dolor, la tensión, y el agotamiento. Volví a la esterilla como quien necesita volver al cuerpo desde dentro. Y ahí empezó el verdadero estudio.
Me he formado principalmente con José María Vigar, he practicado en el RIMYI de Pune con Abhijata Iyengar y Raya Uma Datta, y he asistido a seminarios con Christian Pisano, Georgie Grütter, Patxi Lizardi y otros profesores senior. Soy profesora certificada de Nivel II y sigo en formación constante.
Desde 2018 vivo en Mallorca, donde dirijo Yoguini, tras haber trabajado con Presen Pulgarín. y después haber creado y sostenido una escuela propia en Badajoz, mi ciudad natal.
En mis clases, la técnica es clara, exigente y sin artificios. El cuerpo se convierte en una vía para observar la mente, lo emocional, lo que no siempre encuentra palabras.
La práctica busca abrir lo que estaba cerrado, devolver foco, sostener silencio.
No enseño desde la certeza, sino desde la experiencia de seguir aprendiendo.
La práctica diaria, la guía de mi Maestra Yotika y el vínculo con mi pareja y mi hijo han trazado el recorrido que sigo
Son los pilares que me han enseñado a sostenerme y, también, a transformarme.
Además de las clases regulares de yoga Iyengar, el estudio acoge otras propuestas afines a la exploración del cuerpo, la atención y el cuidado.
Distintos profesores alquilan el espacio para impartir sus clases, talleres o ciclos formativos.
Es un lugar en movimiento, donde pueden surgir sinergias naturales.
El estudio también está disponible para quien necesite un espacio silencioso, bello y funcional para trabajar con grupos reducidos.
Si deseas conocer la disponibilidad, escríbeme.
Cuando prestamos atención de forma sostenida, la mente empieza a calmarse. Y en esa calma, lo que estaba disperso se ordena. No porque lo empujemos, sino porque dejamos espacio para que aparezca.